Iglesia Nª Sª Inmaculada Concepción

Se levanta sobre una primitiva iglesia románica del s. XII o XIII, según queda patente, en una portada de arco agudo, ahora cerrada, situada a la izquierda de la puerta de entrada, formado por dos archivoltas, apoyadas sobre impostas, que coronan jambas lisas. Sobre ella se sitúa una línea de canecillos o cornisa de modillones, representando figuras humanas y de animales, algunas muy deterioradas. Su construcción se centra en el siglo XVI (1553-1566).

Se aprecian en ella dos momentos constructivos: en la primera fase se realizó, la capilla mayor y el crucero; en la segunda, la nave y su parte final con el campanario, que contrasta fuertemente con la primera en su estilo; siendo muy posterior en el tiempo.

Según el insigne profesor A. Casaseca, en su libro Rodrigo Gil de Hontañon-Rascafria pág. 144, por documentos fechados el 11 de mayo de 1553, el templo fue atribuido a Pedro Lanestosa el Viejo, pero quien dirigió la obra fue su aparejador, Juan Martínez de Mamirga,  “hoy cree que es obra cercana a Rodrigo Gil si es que no dio la traza”.

Los exteriores son de cantería con sillares de granito, aunque también hay ladrillo y piedra. Se observa una imposta a su alrededor y dos machones salientes del muro que separan el crucero de la nave. De la misma forma tiene cuatro estribos, contrafuertes de sujeción, en la parte de la primitiva iglesia, dos a cada lado.

La portada, es de tendencia gótica, con un recuadro que envuelve el arco y la hornacina que hay sobre ella.

La capilla mayor y el crucero tienen forma de cruz latina, con brazos poco profundos, de estilo gótico tardío, propio de este tipo de iglesias, siendo las capillas y otras más pequeñas que hay a sus lados rectangulares. Están cubiertas de una elegante y buena bóveda de crucería; sus arcos diagonales en forma de finos nervios sobre apoyos tipo paraguas en impostas de sujeción, se unen con claves decorados con temas variados en su mayoría flores y cabezas de serafines. La capilla mayor tiene trece claves; en la del centro, de mayores dimensiones, aparece un búcaro de azucenas, alusión a Nuestra Señora de la Concepción, a quien está dedicado el templo. El crucero sigue la misma forma pero en mayores dimensiones, con veintiuna claves, la principal de ellas con la cruz de Santiago, a quien perteneció la iglesia. Las bóvedas de las capillas del crucero son más sencillas, con nervios mucho más largos y con siete claves, siendo la del centro de mayor tamaño.

A la derecha e izquierda de la capilla mayor, se abren dos capillas pequeñas, la de la epístola es la sacristía y en la del evangelio hay una vitrina donde se guarda el Nazareno. Esta capilla tiene un arco a su entrada con un corte a bisel en la parte superior y en el soporte de la izquierda. Sus bóvedas son de menor altura, se cierran con cuatro claves formando un rombo.
La nave o cuerpo de la Iglesia, contrasta con el resto. Está hecha de mampostería y piedras de sillería, es de menor altura que el crucero. El tejado, con armadura lisa, cubierto de madera a dos aguas, se apoya sobre dos arcos de medio punto.
La parte de la izquierda o fondo es del mismo estilo, donde se conservan fracciones de la iglesia original, con un arco sobre el que se sitúa el campanario, con seis huecos, en la parte superior el coro y en la inferior la pila bautismal.
El campanario es de estilo barroco, de piedra de sillería y de torre no muy alta con vanos para albergar las campanas. Su fecha de construcción es posterior, se estima sobre el siglo XVII.

Tiene un retablo central, que ocupa el centro de la capilla mayor de estilo barroco, dividido por columnas en tres calles, con altos pedestales. En el ático hay una hornacina, con un relieve de Santiago y coronándolo un remate en forma de espejo ovalado que presenta la cruz de la Orden. El altar está presidido por una bella imagen de la Purísima Concepción, atribuida a Pedro de Mena, calificada por algunos expertos como de lo mejor de su obra y por la “Villarina “ o Santa María del Villar, una imagen antigua, que según la tradición la encontró un labrador mientras araba sus tierras.

Tras el retablo, se encuentran unos frescos un poco deteriorados, representando los principales momentos de la vida de Jesús.

En las naves del crucero están situados dos retablos iguales de madera tallada, divididos en calles por columnas estriadas en las que se encuentran tablas del siglo XVI, representando obispos, abadesas y canónigos de la orden de San Norberto. En las hornacinas centrales de estos altares, se encuentran las imágenes de la Inmaculada y de la Virgen del Carmen.

A la derecha del crucero y en una hornacina de arco de medio punto, se encuentra un crucifijo gótico del siglo XIII.

Hay otras imágenes que, demuestran el fervor y devoción que cofradías, mayordomías y fieles han tenido hacia ellas a lo largo del tiempo, como el Ecce Homo, talla renacentista del siglo XVI.

Texto: José Herrero Pérez

 

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